La planta aromática que ayuda a limpiar el hígado y a purificar el cuerpo desde adentro

Se la conoce por su efecto relajante y su aroma cítrico, pero detrás de su sabor suave se esconde una potente acción purificadora. Una planta tradicional que vuelve con fuerza para cuidar la salud hepática.

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Del jardín al cuerpo: el poder de una hierba para cuidar el hígado.

El hígado trabaja día y noche para que todo funcione bien en el cuerpo: filtra toxinas, metaboliza grasas, almacena energía y produce proteínas esenciales. El estilo de vida moderno, que favorece el sedentarismo, la comida ultraprocesada y la ingesta de alcohol, puede sobrecargarlo, y con el tiempo, desencadenar algunos trastornos, como el hígado graso.

Hay alimentos que pueden ayudar a limpiar y depurar el hígado. Es el caso de la Melisa, una planta milenaria empieza a ganar terreno como aliada para proteger y revitalizar este órgano clave. Su nombre botánico es Melissa officinalis, aunque muchas personas la conocen simplemente como Melisa o Toronjil.

La Melisa es una hierba perenne de hojas pequeñas ovaladas y dentadas, e intenso aroma cítrico. Es de crecimiento erguido y puede alcanzar hasta un metro de altura. Se utiliza en medicina desde hace siglos por sus efectos relajantes y por su perfil bioactivo: es capaz de interactuar con los procesos biológicos del cuerpo y por eso es especialmente beneficiosa para la salud hepática.

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Uno de los beneficios más destacados de la melisa es su capacidad para favorecer la depuración hepática.

Lo que distingue a esta planta no es solo su sabor suave o su capacidad para calmar los nervios. También contiene una poderosa combinación de compuestos antioxidantes —como el ácido rosmarínico y ciertos flavonoides— que ayudan a reducir el estrés oxidativo, uno de los factores que más perjudican al hígado cuando hay acumulación de grasas.

Varios estudios apuntan a que el consumo habitual de Melisa puede mejorar la actividad de enzimas hepáticas, proteger las células del hígado y disminuir la inflamación.

¿Cuál es la mejor forma de incorporarla en nuestra dieta? En infusión. Basta con una cucharada de hojas secas por taza de agua caliente. Se deja reposar unos 10 minutos y se puede tomar una o dos veces al día, idealmente después de las comidas. También se consigue en cápsulas, extractos líquidos o incluso en combinaciones con otras plantas digestivas como el diente de león o el alcaucil, que potencian su efecto.

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La Melisa favorece la depuración hepática. Ayuda a una mejor metabolización de las grasas y una mayor eficiencia en la eliminación de sustancias nocivas.

Además de sus beneficios para el hígado, la melisa se ha utilizado tradicionalmente para aliviar cólicos, mejorar la digestión, calmar la ansiedad y hasta mejorar la calidad del sueño. Es una de esas plantas versátiles que encuentran lugar tanto en botiquines naturales como en la cocina herbal.

Otros remedios para ayudar al hígado a cumplir su función

Existen otros remedios caseros que pueden complementar un plan de limpieza hepática. El jugo de limón en ayunas, por ejemplo, estimula la producción de bilis y favorece la digestión de grasas. Mezclado con agua tibia como primera ingesta de la mañana, es una fórmula sencilla de comenzar el día desintoxicando el organismo. También el té de boldo, conocido por su efecto colerético, puede ser útil para aliviar la sobrecarga hepática.

Otro aliado natural es el cardo mariano, una planta que contiene silimarina, un compuesto con efectos protectores y regenerativos sobre las células hepáticas. Puede tomarse en cápsulas o como infusión.

Como en todo tratamiento natural, la constancia es clave, pero también el contexto: sin una alimentación saludable, basada en vegetales frescos, bajo consumo de azúcares simples y la práctica regular de ejercicio físico, ningún remedio puede hacer milagros. El verdadero cuidado del hígado comienza con decisiones cotidianas.

Además, como siempre, es fundamental consultar con un especialista antes de incorporar nuevas plantas o suplementos, especialmente si se tienen enfermedades preexistentes o se está tomando medicación. Cada organismo es distinto, y lo que funciona para una persona puede no ser adecuado para otra; por eso, el acompañamiento profesional asegura un uso seguro y efectivo de este o de cualquier otro alimento.